La envidia y cómo protegernos contra ella.

Como bien enunciaba Descartes: “Los envidiosos son aquellos que sufren por el bien que ven, que les ha tocado en suerte a otros hombres.”  

La envidia no es sino un sentimiento que se origina en una emoción negativa, con emoción negativa tomamos en cuenta, entre las más destacadas: la furia, la cólera, el resentimiento, el pesimismo, la pena, el pesar, la melancolía, etc. Esta emoción se convierte en un sentimiento que puede ser nocivo y autodestructivo para quién lo experimenta.  Algunos psicólogos manifiestan, se trata de un rasgo negativo de la personalidad.

La pregunta crucial es ¿porqué envidiamos? La primera razón y la fundamental es que, al compararnos con otra persona, nos sentimos frustrados, disminuidos con nosotros mismos, sentimos que esa persona es superior a nosotros.  Muchos de nosotros tratamos de justificar este sentimiento, indicando que se trata de “envidia de la buena” y no “de la mala”, cuando en realidad en esencia, es lo mismo.

¿Cómo podemos protegernos entonces contra este sentimiento?

Si bien, lo importante aquí es aprender a amarnos tal y como somos, aceptando nuestras virtudes y deficiencias, no está de más, saber de qué manera podemos cuidarnos y al menos protegernos contra personas y energías que puedan ser perjudiciales para uno.

Es por este motivo, que desde siglos atrás, las personas traían consigo amuletos protectores que servían para apaciguar las energías negativas que podían impregnarse en nosotros.

Podemos enumerar incontables amuletos, sin embargo, preferimos dedicarnos a explicar lo más usados y los que mejores resultados obtienen, entre los cuales encontramos:

OJO TURCO:

También conocido como “nazar”, es uno de los amuletos más famosos y conocidos contra la envidia y mal de ojo.

Su origen data de las culturas egipcias y babilónicas, quiénes explicaban que los sentimientos más negativos del ser humano se proyectan a través de nuestra mirada y nuestros ojos, porque según se cree son el espejo de nuestra alma.

En Turquía y en Grecia es muy común llevarlo sobre todo a manera de collares y pulseras.  También se puede colocar en algún punto importante de la casa, oficina, o negocio.

La forma que posee es de gota y se trabaja de manera artesanal con cristales.  Puede ser de diversos colores, aunque el azul es el color más destacable porque es el color del agua, del buen karma y de las buenas energías, también se suelen usar en colores rojo, amarillo y verde.

Para que el amuleto funcione debidamente, es necesario dejarlo remojar en agua con sal marina y cargarlo energéticamente una noche de luna llena.

Dentro de la gama de productos de David Escalante, podéis encontrar el ojo turco en dos de las presentaciones más conocidas: en pulsera y adorno.

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MANO DE FÁTIMA:

Conocida también como jamsa, su origen se remonta a las antiguas culturas africanas, vinculada con la diosa Tanit, relacionada con la fertilidad y la luna.

A partir de ahí, la cultura judía y árabe adoptaron este amuleto como suyo y como símbolo independiente.

Cuando la mano está hacia arriba significa poder, fortalece, y además es un símbolo de bendición.

Es un símbolo de protección contra el mal de ojo y malos augurios, a diferencia que cuando está abajo, la mano de Fátima es usada para atraer la suerte y el amor.

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CRUZ DE CARAVACA:

La cruz de Caravaca posee un legado histórico, místico y cultural, con un poder inigualable de más 800 años de antigüedad.

Su origen data del siglo XIII, en la ciudad de Murcia España, es en este lugar donde se guarda la cruz verdadera cubierta de piedras preciosas, en la cual se dice, fue crucificado Jesucristo.

Cuenta la leyenda, que, en aquella época, en la que parte de España estaba en manos de poder musulmán, llegó el rey moro Zayd Abu Zayd, quién poseía a varios presos católicos, entre ellos a un sacerdote llamado Ginés Pérez Chirinos.

El rey pidió a aquel sacerdote que oficializara una misa, intrigado con aquel ritual.  El sacerdote, indicó que, para realizarla, necesitaría nuestra sagrada cruz, fue entonces, que, en aquel momento, bajaron del cielo dos ángeles llevando consigo la preciosa cruz de Caravaca. Después de aquel milagroso episodio, el rey musulmán decidió convertirse al catolicismo.

El poder más significativo de la cruz de Caravaca radica en protegernos de todo mal y alejar las malas vibraciones y energías malignas que puedan estar cerca a nosotros.

La fuerza espiritual que posee, ayuda a eliminar las envidias y curar los males de ojo, también en los niños pequeños.

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En definitiva, existen innumerables amuletos o talismanes que puedes tener para protegerte contra cualquier sentimiento o energía negativa, sin embargo, es necesario, siempre tener en cuenta que debemos aprender a vivir y disfrutar lo que somos como personas y tenemos, a medida que empecéis a valorar vuestras virtudes y conocer vuestros defectos, sin excesivas comparaciones con nadie, viviréis más feliz, tranquilo y con una gran paz interior.